jueves, 28 de mayo de 2009

El lago que no queremos ver

¿Cuántas personas, de quienes viven en cualquiera de las ciudades y comunas que se encuentran a la vera del lago San Roque, en la provincia de Córdoba, conocen su contaminación? Probablemente la gran mayoría. Pero ¿Cuántas personas pueden jactarse de saber sobre ésta? En este caso, lo más probable es que sean más bien pocos.

Hace casi dos meses ocurrió un hecho que hizo que muchos tomen una dimensión más real sobre la gravedad del problema: la masiva mortandad de peces que se observó en el lago San Roque. Miles de peces agonizando a la vista de todo el mundo, flotando en las aguas del mencionado espejo de agua, para luego morir y pudrirse en las costas. El fuerte olor que despedían los peces en descomposición (muy similar al olor a Gamexane), que se sintió en muchas cuadras a la redonda durante un par de semanas, también llamó fuertemente la atención de la gente.

Pero, como decíamos, el conocimiento que la mayoría de la población tiene al respecto es bastante escaso, al igual que la cobertura que los medios de comunicación le dan a un problema de tal envergadura. Es por eso que nos pareció necesario echar un poco de luz sobre la cuestión.

Para ello es que he entrevistado a Jorge Boido, vocero de la Cooperativa Integral de Villa Carlos Paz (COOPI) y al presidente de la Asociación De Amigos Río San Antonio (ADARSA), Juan Carlos Ferrero.

Las Causas

Primero que nada, es preciso determinar cuáles fueron las causas que originaron la contaminación que sufre actualmente el lago San Roque. Al respecto, hay opiniones encontradas: mientras que mucha gente achaca la responsabilidad a la actividad minera que se desarrolló en las décadas del 70 y 80, otros hablan del impacto que generan los desperdicios orgánicos producidos por los habitantes de las ciudades que están junto al río San Antonio y que van a parar al mismo. Al respecto, el vocero de la COOPI no tiene dudas: “…la idea con más fuerza es (…) lo que le pasa a la mayoría de los lagos artificiales: (el lago San Roque) ha perdido su calidad y su vida natural justamente por el ciclo natural que se genera en los ríos, pero sobre todo por el impacto que genera el hombre en esos afluentes, una ciudad que por décadas no ha tenido cloacas…”. Por su lado, Juan Carlos Ferrero opina que las causas de la contaminación son dos: por un lado, la falta de cloacas, pero también la actividad minera de hace un par de décadas. Al respecto, el presidente de ADARSA nos cuenta que “esta región era minera, está dejando de serlo pero era minera, eminentemente. Acá había minas de mica, cuarzo, feldespato… (…) era la minería ‘tranquila’, esa minería del minerito que es muy particular, (…) generalmente trabaja uno, o dos, la familia… no hacen tanto daño, pero cuando son muchos, y en mucho tiempo, termina haciendo daño. Y por supuesto, no se los controlaba”. Jorge remarca que “depredadores hemos sido todos”, lo cual, en su caso particular, hizo que, al darse cuenta de ello, haya sentido la necesidad de involucrarse con ADARSA.

¿Qué es la “eutrofización”?

Según Boido, “la eutrofización es, básicamente, el incremento (…) de nitrato y fósforo en el agua, que lo que hacen es generar el crecimiento exagerado del alga verde azul (…) que es un tipo de alga que altera todo el mecanismo natural o ciclo biológico que tiene el lago”.

¿Algas rojas o verde-azules?

En diferentes medios (por ejemplo, en Cadena 3) se habló de que la principal causa de la mortandad de peces fue la falta de oxígeno que provocaron las llamadas “algas rojas”. Jorge Boido, por su parte, nos dice que en realidad, según estudios realizados, “no hay algas ‘rojas’ en el lago, sino algas ‘verdes azules’”. Pero todos coinciden en que la proliferación de estas algas, sean del tipo que sean, se debe al aumento de fósforo y nitrógeno en el agua. Pero, mientras Boido cree que el aumento de estos dos elementos se genera casi exclusivamente por el ingreso al lago de desechos humanos tales como la materia fecal y el orín, el resto no opina lo mismo. Enrique Bucher, premiado doctor en Biología, opinó en un medio local que “El principal origen del nitrógeno y del fósforo son derivados de la actividad humana, incluyendo tanto los desechos cloacales como ciertos productos muy ricos en fósforo, de los cuales los detergentes son uno de los más importantes, a los que se agregan los fertilizantes agrícolas usados en exceso que terminan en los cursos de agua”. Ferrero, presidente de ADARSA, agrega que la actividad ganadera en la cuenca del río San Antonio también aporta a la generación de desechos fecales (y por lo tanto de fósforo y nitrógeno), ya que el ganado produce una importante cantidad de los mismos, que luego terminan yendo a parar al afluente.

El temido “Glifosato”

Para algunos, el Glifosato, producto químico tan en boga a causa del conflicto entre el gobierno nacional y los ruralistas, tuvo mucho que ver con la mortandad de peces. Mientras Bucher habló de los fertilizantes agrícolas en rasgos más bien generales, los miembros de ADARSA se atrevieron a arriesgar que es posible que el problema se pueda haber debido al uso de “Round Up” (nombre comercial del Glifosato) en campos cercanos al río San Antonio. De todas formas, Ferrero nos aclaró que "no tenemos la seguridad ni tenemos la prueba". "Si es el glifosato o no es el glifosato, no estamos en condiciones de decirlo, porque no tenemos las pruebas", agregó. César Bertucci, quien escribió un artículo para el diario “La Voz Del Interior” sobre el peligro del Glifosato en la cuenca del río, nos informa que “La reciente difusión de una investigación realizada por científicos especialistas en embriología molecular del Conicet sobre los efectos tóxicos del herbicida glifosato en embriones anfibios agrega un importante y nuevo aporte que avala la imperiosa necesidad de establecer el control de calidad del agua potable en Córdoba”, y advierte que se debe “incorporar a la lista de parámetros a controlar los nuevos contaminantes que llegan al agua, como el glifosato”.

Efectos en la salud de la población

En éste aspecto también hay opiniones encontradas. Boido, vocero de la Cooperativa de aguas, es optimista al respecto: nos dice que la contaminación y la mortandad de peces no generan ningún trastorno ni “ninguna enfermedad concreta. Lo que trae es una situación de desagrado y molestia”. En cambio, el presidente de ADARSA afirma que las algas rojas “generan una toxina, pero con variedades, que agreden al hígado y al cerebro” y que “con el tema cloacal, en la zona, también se generaron los virus de hepatitis”. Volviendo al tema del Glifosato, Bertucci nos dice que “su efecto dañino sobre la salud está tan reconocido que muchos países han adoptado para este parámetro límites tolerables de concentración residual en el agua”, y hace permanentemente hincapié en que hay que “implementar un nuevo laboratorio de aguas que cumpla con el fin de ejercer el control de calidad en todos los servicios de la provincia”.

Posibles soluciones

El problema es más que evidente, y hay razones suficientes para suponer que, más allá de algunas posturas, esto puede ocasionar serias complicaciones en la salud de un amplio sector de la población. Pero ¿Qué se puede hacer al respecto? ¿De qué manera se pueden involucrar los vecinos a la hora de intentar encontrar una solución? Para Jorge Boido, gran parte de la solución radica en que los vecinos se conecten a la red cloacal. “Aquél que tiene hoy red en la casa, se tiene que conectar”, afirma. Para el titular de ADARSA, Juan Carlos Ferrero, hay que “venir a discutir los problemas y ponerse a disposición de qué es lo que se puede hacer”.

Conclusión

“Involucrarse” parece ser la palabra clave en todos los casos. Es necesario que la gente se informe y se eduque sobre el peligro que significa la contaminación en general y el problema del lago San Roque en particular, sobre las consecuencias sobre su salud y sobre qué papel jugar al respecto. Pero esta tarea no es fácil, máxime si tenemos en cuenta lo complicado que es emprender una lucha cuando hay intereses económicos de por medio. Como bien nos dijo Juan Carlos Ferrero, “donde hay un delito ambiental, hay un funcionario corrupto”. Pero está claro que, si la gente toma un rol más activo en la defensa de nuestra ecología, y si el reclamo se vuelve masivo, no hay funcionario corrupto que valga.

Fuentes:


- Entrevista a Jorge Boido, vocero de la Cooperativa Integral de Villa Carlos Paz (COOPI), Cuesta Blanca, 30-04-2009.

- Entrevista a Juan Carlos Ferrero, presidente de la Asociación De Amigos Río San Antonio (ADARSA), Comuna San Antonio, 09-05-2009.

- “Control de glifosato en el agua potable”, diario “La Voz Del Interior”, Córdoba, 29-04—2009.

- “A poco más de un mes de la mortandad masiva de peces, la remediación del lago depende de la voluntad y disciplina política”, semanario “Bamba”, Villa Carlos Paz, 08-05-2009.

- “Las algas rojas continúan matando peces en el lago San Roque”, página web de “Cadena 3”, Córdoba, 25-03-2009.

1 comentario:

Bombita Rodriguez dijo...

La culpa es de los que cagan en el lago y de la gente de la parrilla de un tal brizuela.