domingo, 30 de agosto de 2009

Para hablar de Honduras

Marcelo Saravia, junto a representantes de Bemba en Sur y Agencia Córdoba Noticias, dieron una charla sobre el golpe de Honduras en el auditorio de la Escuela de Ciencias de la Información, el miércoles último.

El miércoles 19 de agosto se llevó a cabo en el auditorio de la Escuela de Ciencias de la Información, en Ciudad Universitaria, una charla sobre el golpe ocurrido en Honduras y la censura mediática, a cargo del director de Radio Nacional Córdoba, Mariano Saravia, junto a Tadeo, representante de Bemba en Sur, y a Sebastián, de Córdoba Noticias, agrupaciones que organizaron el evento.
La charla, pactada para las 20:00 hs., empezó finalmente pasadas las 20:30, luego de solucionar algunos problemas con el audio y el proyector. Luego de una pequeña introducción a cargo de Tadeo y Sebastián, se hizo cargo del micrófono Mariano Saravia, el cual fue recibido con un aplauso por parte de la concurrencia.
Saravia empezó la charla agradeciendo a la gente que concurrió a la charla, remarcando que le parece importante que “pierdan una o dos horas en venir a reflexionar sobre estos temas”.
Luego, pasó a hacer una “pequeña” introducción (en realidad duró aproximadamente una hora), en la que expuso su postura sobre el golpe en Honduras, la actualidad latinoamericana, el rol de los medios y otros temas.
Se dirigió especialmente a nosotros, los estudiantes de la carrera, advirtiéndonos que “si ustedes entraron a la escuelita (refiriéndose a la Escuela de Ciencias de la Información) con la idea de la objetividad (…) lamento desilusionarlos, ustedes van a ser guerreros de uno o de otro lado”, recordándonos también que es importante que valoremos la posibilidad que tenemos de estudiar, ya que “hay pocos lugares donde se estudia gratis todavía”.
Luego, pasó a ponderar el clima político que se está viviendo en toda Sudamérica, manifestando que “aquí se está jugando el destino y los distintos proyectos de país, de nación, de región y de mundo”, y recordando que es necesario “recuperar la política en su verdadera dimensión (…) y la historia. No se puede entender nada en el mundo sin política y sin historia”.
“De lo que vamos a hablar es de la eterna historia de la explotación del hombre por el hombre, del colonialismo, que después deriva en capitalismo y más tarde en imperialismo, pero que desde el colonialismo ya se plantea como explotación (…), explotación de la tierra, de los recursos naturales y explotación de la gente, que es la mano de obra”, subrayó. Evocó a Castelli, Paso, San Martín, Artigas, Bolívar, Mariano Moreno y Belgrano, entre otros héroes de nuestra América y en oposición a Alvear, Pueyrredón y Rivadavia, a quienes puso en la vereda opuesta.
Al referirse al imperialismo norteamericano y su rol con respecto al resto de América y el mundo, dijo que “hoy el imperio es otra cosa, hoy el imperio ya ni siquiera se podría decir que es Norteamérica, el imperio hoy es el capital financiero internacional que fluye y que tiene mucho más poder que cualquier estado, pero que todavía necesita de algunos estados, sobre todo de Estados Unidos, por el poder bélico”.
Luego, expresó que somos “privilegiados”, de vivir en la época en la que vivimos, ya que “hemos recuperado aquella lucha que quedó trunca hace 200 años”, a lo que agregó que “pibes jóvenes como ustedes (…) tienen que cambiar el mundo, porque no es que quieran o se les ocurra… Tienen que cambiarlo, porque alguna vez hay que cambiarlo, porque no nos gusta como es”. También celebró el hecho de que “en Sudamérica se está discutiendo, realmente, política, se está discutiendo ideología”, remarcando la importancia del rol que cumplen los procesos revolucionarios que llevan otros países de Latinoamérica: “A partir de Venezuela, a partir de Bolivia, y de Ecuador también, hemos recuperado la lucha por la independencia social, por la liberación social”. “Es fantástico lo que está ocurriendo en Sudamérica”, añadió.
Al referirse al golpe de estado perpetrado en Honduras, advirtió que “no es un golpe a Honduras ni a Zelaya, es un golpe al ALBA y sobre todo a Venezuela”, ya que “Honduras, sin lugar a dudas, era el eslabón (del ALBA) más débil, y por eso fueron ahí”. Saravia explicó que “hay que entender que Honduras no tiene la historia de sus vecinos. Honduras no es ni Nicaragua, ni Guatemala ni El Salvador, donde hubo partidos de izquierda fuertes, donde hubo guerrillas incluso, donde hubo procesos revolucionarios, algunos triunfantes, otros no… Pero Honduras nunca tuvo eso”, ante un auditorio colmado que escuchaba atentamente. Luego, al referirse a la resistencia popular del pueblo hondureño, manifestó que le resultaba “conmovedor” el ver la “heroicidad de la gente”, y que el mismo “ha logrado un grado de unidad y de conciencia que trasciende totalmente a Zelaya”, y que su “objetivo máximo y último” es la reforma constitucional.

Fotos y videos

Luego nos dispusimos a ver, a través del material que el periodista de Radio Nacional nos trajo, distintas imágenes y filmaciones que nos mostraban a la resistencia hondureña, a la gente que sale a la calle a respaldar al golpe, a las consignas y los carteles de cada uno de los sectores, a Zelaya ingresando a Honduras desde Nicaragua a través de Las Manos y la heroica llegada de los simpatizantes del depuesto presidente a través de la montaña, a la represión por parte de los militares, a la solidaridad nicaragüense en la frontera, a la persecución de los periodistas que se animan a alzar su voz en contra del golpe de estado (como los que trabajan en la radio Globo y en el periódico El Libertador), y a una hondureña que está filmando un documental sobre el golpe de estado, desde el primer día en que éste fue llevado a cabo. Mientras pasaban las imágenes, Saravia opinó que Zelaya “ha cometido un montón de errores desde el golpe hasta ahora”, resaltando el hecho de que el presidente constitucional haya ido “a negociar a Costa Rica, a instancias del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y fogoneado por los EEUU”, agregando que “con los golpistas no se negocia”. Sobre el episodio del ingreso de Zelaya a Honduras a través de la frontera con Nicaragua, Saravia nos contó que tuvo que atravesar 13 retenes militares, dándonos una idea del control que ejercen los militares sobre el pueblo.
Volviendo al tema de los medios de comunicación y el rol de los comunicadores, destacó “lo importante de tener un medio propio”, ya que “no es suficiente tener una columna, o tener un programa en un canal… Hoy estoy convencido de que tenemos que tener medios”. Mencionó que “hay que intentar llegar a la mayor cantidad de gente posible si realmente lo que queremos es comunicar”, agregando que “esto es la lucha por el poder, que hoy se plantea desde los medios de comunicación”.
Por último, y antes de pasar a la charla, nos mostró una foto de Pedro Muñoz, albañil hondureño de 23 años y una de las primeras víctimas de la represión militar posterior al golpe. La imagen era por demás elocuente: el cuerpo ya sin vida de Muñoz, tirado en medio del campo, y rodeado por gente que miraba la escena con desolación.

Las preguntas

Luego de que Saravia recibiera un encendido aplauso, posterior a su exposición, comenzaron las preguntas y el debate por parte de los concurrentes. Las preguntas fueron de lo más diversas: desde cómo hace este gobierno de facto para mantenerse en el poder sin contar con el apoyo del pueblo, hasta “cómo puede afectar esto” a la situación de Guatemala (pregunta formulada por un nativo de este país). La polémica se desató cuando una chica preguntó “quién quebrantó primero el orden constitucional”, al referirse a Zelaya y a la famosa consulta que éste impulsó por la “cuarta urna”, principal excusa de los golpistas para derrocar al presidente legítimo de Honduras. Mientras Saravia recordaba que la actual constitución proviene de un gobierno dictatorial y que la misma tiene “artículos pétreos” (artículos que no pueden ser modificados jamás), otros concurrentes explicaron que no hubo nada de “inconstitucional” en el proceder de Zelaya, y que, aún si hubiese habido una violación a la constitución, nada justifica el que haya sido expulsado del país.
Luego de algunas preguntas más y de casi 2 horas en total, finalizó la charla, ya con bastantes asientos vacíos.

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