lunes, 7 de septiembre de 2009

¿Qué onda, Pino?

El viernes estuvo Pino Solanas en Ciudad Universitaria, en la facultad de Psicología, dando una charla/debate sobre diversos temas (la ley de medios, las elecciones legislativas de junio, su proyección para el 2011, los recursos naturales, etc). El motivo de su visita fue la presentación de su libro "Causa Sur" en la Feria Del Libro, y de su nuevísimo documental "Tierra Sublevada: Oro Impuro", en la Ciudad de las Artes. Así que me decidí a asistir.
Antes que nada, debo decir que Pino siempre me cayó bien. Sus documentales me parecen un aporte muy valioso para entender al neoliberalismo de los 90s y sus consecuencias, y sus críticas a los gobiernos de Néstor y Cristina siempre me parecieron de lo más atendible, a diferencia de lo que es el resto del arco opositor. Cuando el gobierno toma alguna medida "polémica" (o, mejor dicho, que los medios califican como polémica), siempre trato de ver qué tiene Pino para decir. Porque, no olvidemos, Pino es peronista. Pino es aquél de la "Actualización política y doctrinaria para la toma del poder". Pino, en principio, no es ningún gil. No es ni el gorila enardecido de Biolcatti, ni la pitonisa demente de Carrió, ni el mediocre e impresentable de Gerardo Morales. Pero, por sobre todas las cosas, Pino no es un mal tipo.
Y es por eso que me jode tanto verlo tan subido al tren de la oposición. Escucharlo repetir el discurso barato que utilizan los más pedorros figurones opositores, como cuando dice que "Cristina es autoritaria" o que la ley de medios "no se puede discutir en 15 días", como hizo este último viernes, me rompe las bolas.
Y es ahí que uno vuelve otra vez sobre aquello de la izquierda funcional a la derecha. ¿Hasta qué punto Pino no termina jugando, inclusive, en contra de sus propios intereses, al asumir la postura que asume? ¿Hasta qué punto es consciente Pino de que sus críticas tienen cada vez menos de constructivas y más de ataques, al más puro estilo Clarín, destinados sistemáticamente a desgastar la imagen del gobierno nacional?
Quiero creer que su exagerada postura anti K más bien responde a una cuestión estratégica, pensada de cara a las elecciones del 2011 y para ganar el voto de aquellos a quienes el Grupo Clarín convenció de que Néstor y Cristina son el demonio en pinta, y no que es en serio que está taaaaaan enojado con este gobierno. Porque ahí es donde uno empieza a sospechar si Pino no se convirtió en trotskista o algo por el estilo.
No dudo de sus sanas intenciones. No creo que detrás de su discurso haya una solapada intención de defender los intereses de algún gran monopolio (joder, sería el colmo) ni que su verdadero objetivo sea que este gobierno termine antes de tiempo, como sí lo es el de varios (y vaya que los conocemos y que los vemos a diario por la tele). Pero sí creo que está meando fuera del tarro.
Vamos Pino, se puede criticar a este gobierno sin terminar pareciéndose a Jorge Altamira.

1 comentario:

Docentes de Córdoba dijo...

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Muchas gracias. Saludos