jueves, 11 de febrero de 2010

El sesgo machista

Me tienen podrido con la cantinela de que Cristina es el títere de Néstor. Podrido. El bombardeo es incesante, excesivo e insoportable. Pero, sobre todo, es absurdo, prejuicioso, malintencionado y estúpido. Y machista, muy machista.

En una nota de -cuándo no- Mariano Grondona, titulada "Cristina, locuaz", el arcaico periodista insiste conque "...en defensa de ella podría decirse que habla mucho porque éste es el rol que se le ha asignado en la distribución de tareas del matrimonio presidencial. ¿Sería incorrecto sostener, en este sentido, que en tanto Néstor 'decide', Cristina 'explica'?", sin basarse en otro dato que en el hecho de que la presidenta habló en público 58 veces en 47 días hábiles. Es como cuando se dice de alguien que no puede "caminar y comer chicle al mismo tiempo". Intentan presentar a Cristina como una inútil, como alguien que no puede hablar y pensar a la vez. Si ella es la que habla, alguien tiene que hacer el trabajo de pensar por ella, Néstor en este caso. Si nos basamos en esta absurda premisa, no podemos menos que preguntarnos quién será que decide por Hugo Chávez, el cual habla en público todos los días, y no poco.

El impresentable de Marcos Aguinis, en una nota titulada "Con Kirchner, me equivoqué" dispara: "Cristina pudo imponerse en las elecciones presidenciales, pero no consigue imponerse ante su marido. En la Argentina se ha tornado demasiado fuerte la impresión lamentable de que el 'verdadero' presidente es él y no la mujer electa. Esta mujer se ha reducido a funcionar como un simple vocero atrapada en las redes de la frivolidad y el narcisismo". Me pregunto cómo alguien que se pretende un intelectual sea capaz de razonamientos de tan bajo vuelo.

Fernando Iglesias y Oscar Aguad (vaya dúo) hicieron lo propio en el último programa de Morales Solá. Aguad, refiriéndose al problema de salud que padeció Néstor Kirchner, mandó que "Kirchner es el que comanda el gobierno, y no sé si la presidenta sin Kirchner activo podrá llevar adelante las acciones que le hacen falta al país en un momento muy complicado", y el diputado por la Coalición Cívica agregó que "es una excelente oportunidad (...) para que la presidenta tome las riendas de su gobierno. En la oposición no sólo estamos a favor de que Cristina Kirchner termine su mandato, estamos también a favor de que lo empiece". Trogloditismo puro.

Creo que a esta altura ya cansa repetir una y otra vez que es más que evidente que a Cristina Fernández no le hace falta que nadie le sople ningún libreto. Y no lo digo sólo por el comentadísimo hecho (todo un hecho en sí, desde ya) de que jamás lee un discurso. Es un cuadro político como pocos se ha visto.

Volviendo a los personajes arriba mencionados, es notoria su postura de macho conservador, bien al estilo Macri (recordemos cuando éste dijo "vengo de una familia machista... En una familia machista, una mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus hijos. No la veo en ningún gabinete"). El macho conservador es propenso a pensar que una mujer, por ser tal, es incapaz de llevar a cabo una actividad que involucre el uso del intelecto. Los que deciden son los hombres, y punto. Las mujeres cocinan, educan a los chicos, lavan, planchan, barren, lustran, cogen y no piensan. Van como en piloto automático.

Me pregunto qué será de sus mujeres. Me pregunto si aceptarán, agachando la cabeza, las opiniones de sus prejuiciosos compañeros. Me pregunto si no se sentirán agraviadas, si no se sentirán insultadas en sus fueros más íntimos. O si, por el contrario, coincidirán. Porque, lamentablemente, también hay muchas mujeres que son cómplices de este tipo de pensamiento. Me viene a la memoria una anécdota de peluquería que me contó una mujer, hace casi dos años, en pleno conflicto agrario: estaban charlando dos mujeres a la espera de que el peluquero las atienda, y ambas despotricaban contra la presidenta. Una decía "qué se cree esta", la otra respondía "es una soberbia", y cosas por el estilo. Hasta que a una de ellas se le ocurrió tirar lo siguiente: "aparte, ¿dónde se ha visto a una mujer presidente?".

Mujeres, les pido que me hagan (y se hagan) un favor: cada vez que escuchen a alguno de estos abanderados de la misoginia decir una barrabasada por el estilo, péguen
les una buena patada en el centro de sus reaccionarias pelotas. Por el contrario, si es una mujer la que la dice, traten de explicarle con cariño y respeto. Ya demasiado daño físico y moral se le ha hecho al género femenino a lo largo de la historia.

No hay comentarios: